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La red fotovoltaica del GRUPO PALAUSA ahorra al medio ambiente medio millón de kilos de CO2 al año, el equivalente al consumo anual de doscientos hogares. Para eliminar el impacto de esas emisiones sería necesario plantar 21.500 árboles.
El Grupo Palausa comenzó en 2021 el proceso de descarbonización de sus instalaciones. Dos años después, su red de autoabastecimiento verde cuenta con nueve plantas fotovoltaicas y su producción anual estimada supera el millón de kilovatios. Esta apuesta por la sostenibilidad ha supuesto un ahorro del 35 por ciento en su factura de la luz, y lo que es más importante, ha permitido dejar de emitir al medio ambiente, durante estos dos años, mil toneladas de CO2 (517.000 kilogramos al año).
La política energética del grupo de distribución de automoción persigue, más allá de la rentabilidad económica, sellar su compromiso de responsabilidad social con la comunidad para contribuir a mitigar la huella de carbono que su actividad productiva genera en el entorno.
CERO EMISIONES
Basta establecer una simple equivalencia para evidenciar la rentabilidad medioambiental que ha supuesto incorporar las energías verdes a su red de suministro eléctrico. El millón de kilovatios producidos en sus nueve instalaciones fotovoltaicas equivale al gasto energético de 226 hogares durante todo un año, o a la energía que consume un coche en recorrer tres millones de kilómetros. Otro dato, para compensar esas emisiones de C02 sería necesario plantar 21.500 árboles, o lo que es lo mismo, 54 choperas de una hectárea de extensión cada una.
El rendimiento de estas instalaciones fotovoltaicas varía a lo largo del año en virtud de la incidencia de los rayos de sol. “La diferencia es especialmente destacada en zonas donde la oscilación térmica estacional es muy marcada, Mientras que, en los meses de invierno, el autoabastecimiento energético apenas cubre el 15 por ciento del consumo total, con la llegada del solsticio de verano los datos se disparan hasta el 65 por ciento”, señala el coordinador de Calidad del Grupo Palausa, Javier Callado.
EXCEDENTE ENERGÉTICO
La potencia de su red fotovoltaica distribuida por las instalaciones del grupo en León, Zamora, Salamanca, Valladolid, Santander, Torrelavega Aranda de Duero y Vigo supera los 760 kilovatios. Una capacidad generadora de energía suficiente para cubrir todo el consumo eléctrico del grupo, pero en la práctica no es así.
El motivo de ese desajuste está en la energía excedente generada cuando las instalaciones están cerradas los fines de semana y los días festivos. Actualmente, no es posible almacenar dicha producción y la energía no consumida se vierte directamente en la Red Eléctrica. Las compañías eléctricas (Iberdrola, Naturgy…) se encargan de la comercialización posterior de esta energía verde, sin ninguna compensación económica para el productor.
La solución a ese desequilibrio, según Javier Callado, pasa por encontrar alguna fórmula para monetizar el excedente energético que las comercializadoras redistribuyen entre sus clientes a coste cero para ellas. “Una opción podría ser crear una especie de cartilla en la que el productor anotase el excedente vertido y esa cantidad se viera reflejada con un descuento en la factura de la luz”, apunta.